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Licenciado en Comunicación Social y concejal de Rosario por Ciudad Futura, Juan fue uno de los fundadores de ese movimiento que en el año 2015 protagonizó un “batacazo” electoral que sacudió la política rosarina. Desde entonces, Ciudad Futura fue ganando protagonismo en las instituciones mientras profundizó sus políticas territoriales y de gestión social en distintos territorios. En la actualidad, además de sus funciones en el concejo Municipal, es uno de los que encabeza el proceso de integración socio urbana del barrio Nuevo Alberdi, la urbanización más ambiciosa de las que se están llevando adelante en Argentina. Y en el 2023, será el candidato a intendente de Ciudad Futura para disputar el gobierno local. Acá, su intervención completa y algunas ideas que dejó en la charla “Animarse a otra política para construir otro mundo”.
“Cada vez estoy más convencido de que el futuro es esto: estas voces distintas, estas edades, tonalidades, trayectorias diversas. Esto es el futuro, no lo que vemos por televisión. Las peleas de los políticos de siempre, peleándose por las mismas cosas de siempre, no es la política que a nosotros nos emociona, no es la política por la que nos levantamos todos los días de nuestra vida”.
“Estamos en una crisis civilizatoria que es una crisis ambiental, una crisis económica y subjetiva. Pero también es una crisis, y esto tenemos que reconocerlo, de los propios instrumentos que construimos hasta ahora para transformar la realidad. Porque hubo olas progresistas, hubo gobiernos que votamos entusiasmados, pero la mitad de la gente (en un país rico como Argentina) es pobre. vivimos en el continente más desigual sobre la faz de la tierra. Eso es una vergüenza. Amamos a América Latina, pero no podemos seguir permitiéndonos ser el continente más desigual del planeta. Es una deshonra para nuestras patrias seguir conviviendo con estos niveles de desigualdad”.
Otras intervenciones de la charla
“Si los instrumentos para transformar la realidad entraron en crisis, inventemos nuevos. Y para mi el municipalismo es eso. Es dejar de esperar. Los que venimos de una tradición de izquierda, en los libros que leímos nos enseñaban que la historia era un tren inexorable que iba para adelante y que más temprano que tarde íbamos a tomar el poder del estado (que estaba concentrado ahí) y a partir de ahí los problemas mágicamente iban a solucionarse. Ese día podía llegar la semana que viene, dentro de 5 años o 50 años. Y en el medio vamos perdiendo un montón de compañeros y compañeras. La idea del municipalismo es dejar de esperar ese día. Hacer todo lo posible para que ese día llegue. Pero en el mientras tanto ir mejorando las condiciones de vida de nuestro pueblo. En definitiva, el municipalismo es en qué tipo de ciudades vamos a vivir, y en las ciudades vivimos el 92% de la población del planeta. Transformar esas ciudades, entonces, es transformar cómo vivimos en el día a día. Como dice Pepe Mujica, la forma de vivir tiene que expresar la forma de pensar, porque sino, a la larga o la corta, vamos a terminar pensando como vivimos”.
“La palabra sobrevivir tiene tres acepciones. Una es: “vivir después de la muerte de otra persona”. Todos los que estamos acá estamos viviendo después de la muerte de un ser querido. Al que no le arrebató la vida de un padre, de un amigo o un compañero la dictadura genocida, seguramente se la arrebató las mafias de esta ciudad. A nosotros mismos, a nuestra propia historia nos arrebataron a tres compañeros en el Triple Crimen de Moreno. Años después, nos arrebataron la vida de Eduardo Trasante. Nuestros propios muertos son nuestro compromiso a seguir peleando, a no bajar nunca las banderas. Pero no necesitamos más mártires, nosotros queremos más vida.
La segunda acepción es: “vivir con pocos o escasos recursos”. Acá está repleto de expertos y expertas en eso. Con lo que hay se inventan una vida, un trabajo, se inventa cómo llenar la olla. Pero hay una tercera acepción de la palabra sobrevivir que creo nos puede ayudar mucho a entender a los movimientos sociales, al municipalismo, a lo que hacemos nosotros. Esa acepción es: “permanecer en el tiempo, perdurar”. Esa es la clave de lo que tenemos que construir: cosas que perduren en el tiempo. Cosas importantes, trascendentes. Cosas que quizás no garpan, quizás no juntan millones de likes en las redes sociales, quizás no sea lo que más vende en los programas de televisión y que incluso quizás no sea lo que más votos consiga. Pero son cosas para siempre. Si no hacemos eso por estar todo el tiempo discutiendo coyunturas electorales, si no hacemos cosas importantes y estamos siempre votando al menos malo, si no hacemos cosas trascendentes y nos vamos conformando cada vez con menos, en el medio se le va la vida a generaciones y generaciones de compañeros y compañeras que tienen el derecho a tener al menos UNA oportunidad! Para eso tenemos que hacer cosas importantes y dejarnos de joder con las cosas cotidianas que nos llenan las horas de televisión y de debate político”.
“El municipalismo, los movimientos sociales, más que un manual, una receta, o un líder a quien seguir es una forma de hacer, de pensar y de sentir. Es una estrategia de construcción de poder distinto. No son los temas menores, son todos los temas abordados desde la ciudad. No se trata de cómo ordenar el tránsito o que arbolito poner en una plaza, hablamos de experiencias que autogestionan la educación, la salud. De que donde el Estado no es capaz de poner una escuela, nosotros lo hacemos. Entonces no son los temas menores, son todos los temas abordados desde abajo, desde la comunidad. Es donde se definen los temas importantes. Salvo que creamos que los temas importantes sean cómo hacer un mal acuerdo con el FMI. O que los grandes temas sean defender un presupuesto porque no “es tan de ajuste”. Si esos son los temas importantes, a mí dejame con los temas menores. Dejame con la satisfacción de ver la cara de una compañera llorando de felicidad cuando abre una canilla y sale agua en el Siglo XXI”.