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Elegido como alcalde de Valparaíso en 2016 con el 53 % de los votos, Jorge fue reelecto en las elecciones de 2021, en las que alcanzó el 56% de los sufragios. Nacido en Punta Arenas, es abogado y se inició como dirigente estudiantil en Magallanes, donde fue parte de la refundación de la Federación de Estudiantes Secundarios y presidente del centro de alumnos de su colegio. Participó activamente de la movilización estudiantil universitaria en Chile de 2006 y se convirtió en uno de los miembros fundadores del movimiento Izquierda Autónoma. Actualmente transita su segundo mandato al frente de la Alcaldía de Valparaíso. Acá, su intervención completa y algunas reflexiones que dejó en su paso por la edición Rosario 2022 de Cudades sin Miedo.
“El tránsito que hicimos supuso la maduración de entender que teníamos que ser capaces de desplazar de los espacios de poder a los mismos de siempre. Pero siendo franco, en el 2016 no pensábamos que íbamos a ganar. Nos sorprendió la victoria. Teníamos programa, teníamos equipos conformados, pero no pensábamos que ganaríamos. Creemos que la gente vio en nuestra propuesta algo distinto a lo que le venían ofreciendo, y por eso nos confió su voto. Y entonces nos tocó hacernos cargo de las cosas que dijimos que veníamos a hacer. No podíamos defraudar la confianza. Y pusimos en marcha lo que llamamos la “transformación democrática del territorio”: una sería de programas, de acciones y de medidas con un profundo protagonismo popular. No gobernar para la gente, sino con la gente. Así pudimos enfrentar, por ejemplo, al poder inmobiliario de Valparaíso”.
“Desde el primer momento fuimos audaces. Y siempre nuestro norte fue construir con nuestro pueblo, con los territorios, con las comunidades organizadas. No somos de la idea, que cierto progresismo tiene, de construir con calma y muy de a poco. Son tiempos en los que hay que ir para adelante. Y creo que por eso, después de cuatro años de muchísimo trabajo y esfuerzo, volvimos a ganar cuatro años después, refrendando lo que veníamos haciendo. Ahora tenemos nuevos desafíos, pusimos la vara más alta. El municipalismo es un camino para responder a las crisis que hoy día el neoliberalismo nos pone como desafío. Por eso es importante espacios como este, donde estas distintas experiencias como la que traigo de Valparaíso podamos coordinarnos, encontrarnos y construir juntos y juntas”.
Ningún proceso de transformación mundial, continental, nacional o local se hace sólo con las y los convencidos. Se hace con los no convencidos, se hace (como lo hizo el Che) llegando a quienes nunca han estado.
“En Chile hubo una ola municipalista en el año 2021. De las 340 comunas de Chile, aproximadamente 100 son gobernadas por alcaldías independientes, que apostaron a una dinámica de ir por fuera del sistema de partidos. También hay alcaldías de partidos comprometidos con los cambios. Y esa construcción desde abajo, desde lo local es importantísima, fundamental. Pero además tiene que estar coordinada con una construcción nacional. Las dos cosas tienen que ir de la mano. Los proyectos de transformación, por muy asentados que estén en un territorio particular, si no logran resolver el desafío de cómo acompañarlo desde lo nacional, van a quedar truncos, van a quedar cortos. En Chile estamos en ese proceso, construyendo una nueva fuerza nacional”.