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Oriunda de Quimilí, Santiago del Estero, Deo es referenta del Movimiento Campesino de esa provincia, el MOCASE. Tenía 10 años cuando vio cómo comenzaba a formarse el movimiento del que luego formaría parte, una organización nacida para dar respuesta al avance de la frontera agropecuaria que multiplicó los desmontes, los conflictos por la tierra y los desalojos de las familias campesinas. Su abuelo y su padre participaron de la fundación del movimiento que lleva ya más de tres décadas de organización, de resistencia por las tierras que les pertenecen y de recuperación cultural e histórica del pueblo campesino índigena. Actualmente Deo es además Directora Nacional de Género e Igualdad de la Sub Secretaría de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena. Acá, además de su intervención completa, algunas reflexiones en su pasó por Ciudades sin Miedo – Rosario 2022.
“Nuestro movimiento tiene 33 años de construcción, pero están antecedidos por la memoria de un andar histórico en nuestros pueblos, antecedidos también por esas ideas que decían que los campesinos, las campesinas e indígenas no teníamos derecho a la tierra. Que nuestro lugar era servir, limpiar las casas de los patrones. Después de golpes y golpes contra nuestros abuelos, nuestros padres, hemos dicho «de rodillas nunca más». Y así emprendimos un camino que en el andar nos ha encontrado con muchos otros y otras, llegando a ser la voz de millones de campesinos, indígenas, pescadores, arrieros, asalariados y mujeres a través de nuestra organización internacional: la Vía Campesina“.
“Nuestro planteo fue siempre que los modos de vida de muchas comunidades están en peligro por eso que llaman corrimiento de la frontera agropecuaria. Ese corrimiento no sólo se ha cargado poblaciones, sino que permite que sigamos, hoy, con estos niveles de hambruna y pobreza en nuestro planeta. El 70% de los alimentos los produce el campesinado en un 24% de las tierras cultivables, pero seguimos confiando en las políticas neoliberales con las cuales las transnacionales se siguen apropiando de nuestros bienes comunes”.
Otras intervenciones de la charla
“Las policías, en las zonas rurales, también son cómplices. Cómplices y aliados no sólo del corrimiento de la frontera agropecuaria. Hoy estamos hablando de un fenómeno que es el Agro-Narco negocio: buscan las fronteras de la provincia como lugares estratégicos. No sólo exportan soja después de haber matado las vidas de los montes, ahí también van desparramando y haciendo que nuestras juventudes sean privadas de sus sueños y de un pedazo de tierra para producir sus alimentos. Y a eso hay que sumarle la persecución política de la justicia hacia quienes luchamos por nuestra autonomía para alimentarnos, por la soberanía de nuestros alimentos. Porque no es poca cosa saber qué se produce, quiénes lo producen y cómo nos alimentamos”.
“Para algunos tal vez el concepto de Reforma Agraria sea una mala palabra. Pero para nosotras, para nuestros pueblos organizados, esto que está sucediendo es parte de la Reforma Agraria Integral, popular, genuina. Porque no podemos desprendernos y hacer una separación entre el campo y la ciudad. Somos un mismo territorio de pueblos en lucha, que seguimos andando lo sembrado por nuestros sabios y sabias. Entonces, cuando conversamos qué hacer para adelante, creo que tenemos ya algo realizado, que no estamos partiendo de cero, pero que hay que seguir profundizando”.
“Cuando distintos mundos se encuentran y empiezan a construir de forma colectiva es cuando entendemos que no hay héroes individuales sino que hay héroes colectivos. De eso se trata nuestra disputa, nuestra forma de hacer política. Siempre nos han dicho: «eso no es cosa para ustedes, eso lo hacen los que estudiaron. Ustedes están para dar el voto». Y hoy tenemos la fuerza incluso para ir a dar la disputa de esos lugares. El miedo ha muerto en el monte y en el corazón de los atrasados. Aquí estamos y vamos a seguir!”