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Fundadora de Ciudad Futura y actual presidenta del bloque de ese partido en el Concejo Municipal de Rosario, Caren comenzó su militancia en el 2005, en el barrio Nuevo Alberdi, dando la pelea contra el avance de la especulación inmobiliaria y los desalojos ilegales de la comunidad. Fue electa como concejala en el año 2015, encabezó la lista a Diputada Nacional compuesta 100% por mujeres en el 2017 y fue reelecta como concejala, alcanzando 100 mil votos, en el 2019. Acá, su intervención completa en la charla de apertura: “América Latina, del miedo a la esperanza” y algunas de sus reflexiones.
“Encontramos en el municipalismo un método y una estrategia. Vivimos en un país absolutamente porteño céntrico, donde la política nacional ha tenido siempre una primacía muy grande. Los gobiernos locales se han entendido siempre como un primer paso, como un trampolín que permite saltar a la política nacional. Para nosotras eso no es así. Nuestra apuesta tiene que ver con sembrar y construir poder popular desde un doble aspecto: el territorio, la comunidad organizada, por un lado. Y la disputa institucional, por el otro. Los gobiernos locales son una forma más en el camino de la construcción popular en Argentina. Y para dar esa pelea construimos nuestro propio partido político”.
“García Linera sostiene que los nuevos gobiernos progresistas de América Latina están teniendo lo que él llama “gobiernos de carácter administrativista”: de gestión de lo existente. Y gestionar lo existente es gestionar el status quo. Ningún gobierno revolucionario, ningún proyecto revolucionario puede llegar al poder para gestionar el status quo. Para decirle a la gente que hay que defender esta mierda en las que estamos viviendo: con sueldos precarizados, con condiciones indignas de vida, con familias que aún no acceden al agua potable, con el femicidio constante hacia los cuepos de las mujeres e identidades feminizadas. Porque cuando le queremos hacer creer a la gente que eso es lo que hay que defender, ahí es donde gana terreno la derecha, los discursos de odio: porque interpelan el sentimiento real de las mayorías populares. Ellos, que generaron esta crisis, están pudiendo llegarle más al corazón a nuestro pueblo que nuestros propios proyectos revolucionarios”.
“Tenemos que reconocer que el miedo y el desánimo son parte de la sociedad en la que estamos: el miedo a perder el laburo, a no saber si vas a poder seguir pagando el alquiler, a no poder darle de comer a tu familia. Frente a eso es que nosotros nos plantamos y decimos Ciudades sin Miedo. Reconocemos como militantes revolucionarios que hoy el miedo es parte de la vida cotidiana. Pero no lo hacemos para quedarnos ahí, sino para invitar a la gente a otra forma de salir de esto, que no es salvándose cada uno así mismo en su propia casa”.
“Lamentablemente, los movimientos progresistas, en general, somos expertos en criticar el presente. Pero nos cuesta muchísimo generar una imagen deseable y realista de futuro, y plantear una estrategia que nos permita llegar a ese futuro deseable. Sobre esos dos aspectos trabaja ciudades sin miedo desde el municipalismo. Aportando, desde nuestra propia comunidad, a la construcción de ciudades mucho más vivibles. De una vida y una apuesta en comunidad, y de una estrategia que es la organización de la sociedad civil, dentro y fuera de las instituciones, para alcanzar ese horizonte. Frente al despojo y el abandono, la organización de la gente común siembra esperanza, genera conocimiento y saber. ¿Para qué? Para que cuando seamos gobierno sepamos qué hacer y cómo hacerlo en cada territorio”.